martes, 26 de junio de 2007

Gabriel Yared en El talento de Mr. Ripley

The Talented Mr. Ripley
Título en español:
El talento de Mr. Ripley
Compositor : Yared, Gabriel Año: 1999
Distribuidora: Sony Classical
Duración: 63:43

No es la primera vez que una edición discográfica de una banda sonora de Gabriel Yared es menos extensa de lo que debiera. Es habitual en las películas de Minghella el uso de canciones y el de música compuesta expresamente para la película. Esto ya ocurrió en El Paciente Inglés y, por extensión, en varias películas en las que Yared ha sido el encargado de poner música. En esta edición, son sólo 25 minutos de score original los que podemos disfrutar en una grabación de más de 60.
Es una lástima que no podamos escuchar el trabajo completo: se trata de una partitura magnífica, con gran protagonismo, que no entorpece en absoluto el discurrir de la trama.
Además de la música de Yared encontramos jazz y un par de canciones italianas que tienen sentido en la película, pero que, por desgracia, rompen el ritmo del CD. El uso de jazz sí está justificado, no sólo por la época en la que se desarrolla la historia sino por todo lo que significa: pasión y cambios constantes. El jazz es impredecible, inquietante, es Ripley. Gabriel Yared compone, para equilibrar la película, una banda sonora igualmente inquietante, pero elegante a su vez. El uso de varios estilos musicales potencia ese sentimiento de desasosiego e imprevisión que transmite el protagonista.
La selección de temas adicionales es excelente, versiones de gran calidad de la mano de Guy Barker, Dizzy Gillespie o del mismísimo Miles Davis. Incluso Matt Damon interpreta en la película uno de los grandes temas de la historia del jazz (My Funny Valentine) con un estilo inconfundible, el de Chet Baker, haciendo un guiño al guión y tomando la personalidad de éste.
La partitura de Yared se basa principalmente en tres temas: Italia, Ripley y Lullaby for Cain. La versión cantada de éste último corre a cargo de una magnífica Sinnead O'Connor, haciendo gala de su voz maravillosa. El contraste con los temas adicionales es evidente: la música pausada y romántica de Yared se ajusta a las imágenes dotando a ástas de calma, pero de una calma engañosa, tortuosa, que crece a medida que avanza la película. El uso del saxo acrecienta este sentimiento aunque la cuerda sea la principal protagonista.
Pero no todo es tranquilidad; curiosamente, uno de los mejores temas de la banda sonora es Crazy Tom, con una sección de cuerda muy cercana al estilo de Herrmann y un ritmo creciente que define perfectamente la angustia del protagonista.
Gabriel Yared sabe jugar con el conflicto interior de los personajes, y el espectador llega a conocer las intenciones de los mismos gracias a una excelente partitura. El efecto que busca la historia se ve compensado con la música y esta logra realzar el misterio de la narración.
Lo Mejor: La funcionalidad de la partitura.
Lo Peor: Los pocos minutos de música original.
El Momento: Syncopes y Crazy Tom.

Congratulations Jesús Castro